Circuito de Nürburgring

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Tiempo en Nürburgring de Bugatti EB110 SS

8' 0'' 1'''

Bugatti  EB110 SS
  • Año: 1993
  • Trazado: Nurbugring nordschleife
  • Piloto: Horst von Saurma

El Bugatti EB110 SS: Un Hiperdeportivo Noventero a la Altura del "Grüne Hölle"

El Bugatti EB110 SS, un icónico hiperdeportivo de 1993, demostró su ingeniería de élite al registrar un impresionante tiempo de vuelta de 8:01 en el Nürburgring Nordschleife. La prueba fue llevada a cabo por el piloto Horst von Saurma para la revista Sport Auto (publicada en octubre de 1993), utilizando neumáticos Michelin Pilot SX MXX3. Este tiempo es extraordinario, ya que iguala el registro del moderno BMW M2 (F87) a pesar de haber sido establecido más de dos décadas antes, destacando la avanzada tecnología y la potencia bruta del EB110 SS en su época, lo que subraya la perdurable relevancia de este clásico en el panteón de los autos de alto rendimiento.

Bugatti EB 110: El Resurgimiento Italiano de la Leyenda

El Bugatti EB 110 es un superdeportivo de motor central cuya producción, a cargo de Bugatti Automobili SpA bajo la dirección de Romano Artioli, se extendió de 1991 a 1995, marcando el audaz regreso de la marca a la industria automotriz tras una pausa de casi 40 años (desde 1952). Concebido inicialmente por Paolo Stanzani a mediados de la década de 1980, el EB 110 compitió directamente contra la élite de los superdeportivos de su época, enfrentándose a titanes como el McLaren F1, el Lamborghini Diablo y los Ferrari F40 y F50. Aunque solo se fabricaron 139 ejemplares antes de la quiebra de la empresa, un pequeño número de unidades se completaron posteriormente por compañías como Dauer Sportwagen hasta 2002.

El desarrollo técnico del EB 110 fue un esfuerzo meticuloso, con Stanzani a cargo del motor y el chasis, y Pedrazzi supervisando la ingeniería. El motor se diseñó originalmente como un V12 atmosférico de 3.5 litros, cumpliendo con la reglamentación de Fórmula 1 de 1987. Sin embargo, para alcanzar el rendimiento exigido a un superdeportivo, se optó por incorporar cuatro turbocompresores, una elección estratégica destinada a minimizar el turbo lag (inercia rotacional) que habrían tenido dos turbos de mayor tamaño.

Una de las innovaciones cruciales del EB 110 fue su chasis, que no recurrió a la fibra de carbono tradicional por razones de coste y capacidad de reparación en Italia. En su lugar, Stanzani optó por una estructura de material compuesto a base de aluminio: dos láminas de aluminio separadas por un panel interior de aluminio, todo unido mediante pegamento epoxi y remaches. Este diseño no solo resultó más rentable, sino que permitió una construcción tridimensional sólida que fue fundamental para las capacidades dinámicas del único modelo de producción fabricado por la Bugatti italiana.